Si en septiembre del 99, cuando salía el primer X5 de la línea de montaje, me hubiesen preguntado sobre el posible crecimiento de la línea X de BMW o la Serie Z, que por aquel entonces contaba con el Z3 y el Z8, mi respuesta sin duda hubiera sido que el futuro de la marca eran los “Z”.
Nada más lejos de la realidad, tras catorce años, y siguiendo al X5 han ido llegando los X3, X6, X1 y, más recientemente, nuestro protagonista el X4, mientras que el Z4 es el único representante de lo que antaño fue la línea de “exhibición” de la marca. Está claro que el mercado es el que manda y BMW no se ha andado por las ramas poniendo en liza una de las gamas de este tipo de vehículos más amplias y ambiciosas. Dejando las aptitudes “off-road” a un lado (casi olvidadas) y centrándose en plasmar el comportamiento deportivo de sus berlinas en vehículos más altos y pesados.
Y así ha sido con el nuevo X4. Compartiendo la excelente base del X3, el nuevo modelo adapta sus dimensiones para tener un comportamiento más deportivo en carretera. Resumiendo, es solo 14 milímetros más largo, pero 36 milímetros menos alto y los asientos delanteros van colocados 20 milímetros más bajos en comparación con el modelo del que deriva. Sin obviar que dichos cambios crean una línea mucho más estilizada y elegante que el X3, una vez metidos en faena, no hay una gran diferencia en cuanto a comportamiento, si bien es cierto que el coche es más directo y gira más plano que un X3. Hay que tener en cuenta que todos los X4 montan una suspensión que llaman “de reglaje deportivo”, aparte de la 'M' y otra adaptativa que son opcionales y que no montaba nuestra unidad. Nos quedamos con las ganas de probar la que lleva el 'pack M', ya que los compañeros que la probaron en la presentación nos hablaron maravillas de ella. Ya que en una conducción más decidida, por ejemplo, en pleno apoyo en una curva de radio medio y firme un poco irregular, las oscilaciones de la carrocería, en especial por el eje trasero, nos dio algún “aviso”. Aunque, posiblemente, si elegimos esta última opción, el compromiso entre efectividad y confort se decante peligrosamente por el primero.
Poderío alemán
Todo esto teniendo en cuenta que es el famoso 35i de segunda generación (con un sólo turbo y Valvetronic), el que se encarga de mover ¡y de qué manera! nuestro X4. Bajar de 26 segundos en el kilómetro con salida parada da una idea del poderío del motor alemán. Siguiendo con cifras, sorprende los menos de 4 segundos que tarda en realizar un adelantamiento tipo. Esto, que no todo es correr, nos da una seguridad que solo los automóviles deportivos son capaces de igualar. Lo que más sorprende es la forma que tiene de entregar los más de 300 CV, desde 1.200 rpm hasta más allá de las 5.000 rpm tenemos entre el 85 y el 100 por 100 de los 40,8 mkg de par disponible. Esto se traduce en una suavidad impecable y una capacidad para subir de vueltas que se convierte en adictiva según van pasando los kilómetros.
Como aliado. Tenemos la "archiprobada" ZF de 8 velocidades (ya es difícil encontrar un cambio manual en un BMW de pruebas) que incide más si cabe en la mencionada suavidad y aporta una dosis extra de deportividad si seleccionamos los modos Sport (también anula el control de tracción) para el motor y “S” en el cambio.
Los consumos, sin llegar a ser desorbitados, se mueven por encima de los 10 l/100km con facilidad. En los recorridos de nuestro Centro Técnico, realizados en el modo Eco Pro, que prioriza las marchas largas y pone en punto muerto el cambio cuando dejamos de acelerar, los resultados han sido satisfactorios. Sin embargo, las cifras pueden subir exponencialmente según nos animemos con el acelerador.
En el interior
También de procedencia X3, la calidad y los materiales están a gran altura, como no podría ser de otra manera. En este caso y a diferencia de los Serie 3 y 4, la pantalla multifunción está integrada en el conjunto y no es flotante. Como es norma en la marca, el interior es configurable hasta límites insospechados, mezclando colores y materiales a gusto del cliente y de su bolsillo. No por exclusivo huye de soluciones ingeniosas como bajar la banqueta trasera respecto al X3, para compensar los inconvenientes de su techo coupé. De esta forma un pasajero que ronde los 1,80 metros se acomoda perfectamente en dichas plazas con un espacio de piernas más que correcto, y solo con las rodillas en un plano un poco elevado, nada grave por otro lado. El maletero, sin ser referencia, goza de 450 litros y unas formas muy regulares ya que es prácticamente rectangular, y si no nos es suficiente, el respaldo posterior se abate en tres secciones 40:20:40, dejando un suelo plano hasta prácticamente los asientos delanteros. Ahora bien el segmento cada vez tiene más integrantes y mejor armados. La elección es tuya
En pocas palabras
Aceleración: La tracción total no deja ni una sola décima sobre el asfalto. En el kilómetro con salida parada llega a 198 km/h. Excelente.
Cambio: La auténtica referencia por suavidad, eficacia y rapidez cuando se le exige. No es el más deportivo, pero la ocasión tampoco lo requiere.
Adelantamiento: Da igual que vayas en Eco Pro que en Sport . Basta con acelerar con decisión para que los 300 CV y el rapidísimo convertidor lo hagan de manera que los ocupantes del vehículo ni se percaten de la maniobra.
Consumos: Altos. Pero no podría ser de otra manera, teniendo en cuenta su peso y su nivel prestacional. Para su propietario, por lógica, más que asumibles.
Frenada: La distancia obtenida es bastante buena, no tanto la resistencia a la fatiga, acusa la conducción deportiva, que reclama el conjunto motor-cambio.
Habitabilidad: No es que la funcionalidad sea su punto fuerte, pero aún así es más capaz de lo esperado en un principio por su diseño.
Peso: La carga tecnológica y el tamaño repercuten en el peso, que aún así se mantiene en la media del segmento.
Maletero: Nuestro Centro Técnico ha medido 50 litros menos que lo declarado por la marca. Con formas muy regulares, lo que permite estirar bien los bultos. Suficiente para el equipaje de 4 personas.
Sonoridad: Con 8 velocidades, rueda a un régimen desahogado en cualquier situación, además el aislamiento del habitáculo está muy logrado.
Potencia y par: La estrella de la fiesta, sin duda. La entrega de par es prácticamente plana, y aún así no le resta ni un ápice de garra y contundencia. El paso de biturbo a monoturbo curiosamente lo ha dulcificado.